Herbert Kilpin, el señor de Milán, gana el reconocimiento que su pionero merece

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Aunque una historia en Gazzetta dello Sport había anunciado la muerte de "el pionero del fútbol italiano", pasarían muchas décadas antes de que sus huesos fueran transferidos a un lugar de mayor honor. En 1998, un aficionado de Milán llamado Luigi La Rocca, que dedicó su tiempo libre a rastrear a los jugadores de los primeros años del club, acertó una entrada en la tarjeta de registro del cementerio, en la que el hombre fue identificado erróneamente como "Alberto Kilpin". el número en casas de apuestas online la bóveda donde estaba el fundador del club. Milán: guía del club alternat ivo de la Serie A Leer más

La resurrección de Herbert Kilpin había comenzado.Ahora el rostro del inglés ofertas actuales de las casas de apuestas -con una expresión seria y un hermoso bigote sobre una camiseta a rayas cuyos colores rojo y negro proponía- es una imagen familiar en bonos para nuevos clientes San Siro, estampada en pancartas y bufandas como símbolo de la larga e ilustre historia del club. / p>

Aunque finalmente fue reconocido en Italia, Kilpin permaneció completamente desconocido en la ciudad donde nació, donde comenzó a trabajar en la industria del encaje, y que dejó en 1891 para hacer una nueva vida en Italia. a la edad de 21 años. Pero eso también está los mejores pronóstico s y previas deportivas cambiando.Nottingham ahora tiene un pub recientemente inaugurado y un autobús urbano que lleva su nombre, y hace unos días la Herbert Kilpin Cup fue disputada por primera vez por los equipos de la escuela en los terrenos de recreación del bosque, un gran espacio abierto cerca de su casa y su escuela, donde bonos de apuestas deportivas en la niñez jugó sus primeros juegos de fútbol.

La semana próxima, también, La Rocca y un grupo que representa a Milán estarán entre las mejores casas de apuestas deportivas los reunidos en Nottingham para celebrar la publicación de un libro dedicado a La vida de Kilpin en una recepción donde los descendientes de los hermanos y hermanas que dejó atrás en 1891 también serán bienvenidos.Después, habrá una bebida e n el pub Herbert Kilpin, recientemente inaugurado, a apenas un apostar online tiro de gol de los edificios restaurados de ladrillo rojo del histórico Lace Market, donde el joven comenzó su vida laboral.

Robert Nieri, el autor de El Señor de Milán, es un abogado medio italiano, mitad inglés que nació en Manchester y apoya a City, pero ha vivido y trabajado en Nottingham durante dos décadas. Intrigado por una historia que menciona a Kilpin en el periódico local de la tarde, comenzó siete años de investigación sobre una vida escasamente documentada.

El sujeto de Nieri era uno de los 15 hijos de Ernest Kilpin, que vivía con su esposa y familia sobre su carnicería cerca del centro de la ciudad. Cuando Herbert comenzó a jugar al fútbol organizado, bonos de las casas de apuest as surgió una temprana conexión italiana en el nombre otorgado a su equipo junior.Nottingham Garibaldi se llamó así porque sus camisas rojas evocaban las de las tropas dirigidas por Giuseppe Garibaldi, el héroe de la unificación italiana cuya popularidad en la Inglaterra victoriana había llevado a decenas de miles a presenciar su breve visita al Reino Unido en 1864, alojado, como ocurre , por un diputado de Nottingham, el industrial Charles Seely.

Kilpin dejó la escuela para trabajar en la fábrica de encajes y depósito establecido por Thomas Adams, una empresa floreciente que proporcionó a sus trabajadores instalaciones en el lugar que incluían un aula , una biblioteca, un salón de té y una capilla para servicios diarios. Fue allí donde conoció a Edoardo Bosio, un comerciante textil italiano que había fundado su propio club de fútbol en su país y que asistió a Kilpin los fines de semana con Notts Olympic y un equipo de la iglesia, St Andrew's.Cuando Kilpin aceptó la oferta de Bosio de un trabajo en su molino de seda en Turín, una bonificación al final del largo viaje en tren desde Inglaterra a Italia fue en la oportunidad de ayudar a su nuevo empleador con el equipo, llamado Nobili, que él y su aristocrática amigos habían comenzado. Kilpin rápidamente se dispuso a imponer algún tipo de disciplina a un grupo de aficionados que no tenían ideas de técnica o táctica.

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Después de seis años en la ciudad, se mudó a Milán.Continuó jugando para el equipo de Turín, pero se cansó de los viajes y eventualmente él y un grupo de amigos se reunieron en un bar para planificar la creación del Milan Football and Cricket Club, que jugó su primer partido en enero de 190 0 en el trote. en la Piazza Doria, más tarde el sitio de la enorme Stazione Centrale de Mussolini.

Prácticamente no se sabe nada de la última década de su vida, incluida la causa de su muerte, aunque parece probable que una afición por una bebida y un humo podría haber jugado un papel. Se había casado con una mujer italiana, pero no dejó hijos.A falta de más pruebas, Nieri trata los hechos biográficos de la misma manera que los escritores más célebres han dramatizado las vidas de, digamos, Julio César y Mozart, agregando carne al esqueleto de la historia verificable a través de escenas inventadas y el diálogo.

El Señor de Milán podría no ser una gran literatura, pero es una muy buena historia. Nieri imagina a Kilpin saboreando un Campari con soda por primera vez, siendo testigo de las sangrientas secuelas de un disturbio alimentario en 1898 y encontrando al anarquista que asesinó al Rey Umberto, así como enseñando los rudimentos del ju ego a sus compañeros de equipo milanés, en el una camisa que más tarde sería tirada por Altafini y Rivera, Van Basten y Baresi y un par de Maldinis, por no mencionar a sus compatriotas Greaves, Blissett, Wilkins, Hateley y Beckham.No es una mala contribución, en total.

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